Se encuentra usted aquí

La educación en tiempos de pandemia: ¿nos olvidamos de los profesores en formación inicial?

La visión de estudiantes de Pedagogía en Matemática y Computación, en su curso de Práctica Final.

A lo largo de la historia han existido situaciones parecidas a las que nos encontramos en estos momentos; de esas que llegan abruptamente como balde de agua fría, las que nos sacan de nuestra rutina. Son justamente estas instancias las que han dado pie a los mayores cambios sociales y culturales. Una crisis bien manejada es ese impulso que permite generar un cambio mayor. En el caso de la educación, los líderes capaces de dirigir este cambio son los profesores, esto nos incluye a los profesores en formación. Este es el momento de unirnos y aprovechar la situación como un hito sobre el cual formaremos el futuro. Es una oportunidad para brindar ideas, innovar y ser creativos, tener apertura de mente hacia nuevas estrategias y procesos de aprendizaje que consideren el desarrollo de la autonomía y el fortalecimiento de la colaboración entre los distintos agentes educativos: estudiantes, profesores, apoderados, asistentes de la educación y directivos.

La situación de pandemia por la que estamos pasando hace mucho más evidente la relevancia de dicha colaboración. Tanto los estudiantes como profesores y apoderados debemos ser partícipes de la educación de niños, niñas y jóvenes. Y como tal, deberíamos tomar estas instancias para llenar el aula online de preguntas que emanen de los estudiantes, aquellas que deberían orientar los propósitos de la clase y, por tanto, aprovechar los acontecimientos para encaminar transformaciones en los ambientes de aprendizaje.

Como estudiantes de pedagogía de último año, creemos que es importante tomar estas instancias como oportunidades de desarrollo profesional. En pocos años seremos nosotros los profesores y profesoras que nos veremos ante situaciones similares y, por tanto, nos corresponderá tomar decisiones como aquellas que los docentes de hoy tuvieron que tomar en tiempo récord. Es por ello, que debemos darle la importancia que merece a nuestra formación, aprovechar cada espacio de aprendizaje que ofrecen nuestros profesores.

Conocemos las dificultades que se presentan a lo largo de la carrera, por tanto, creemos que es importante apoyarnos entre nosotros. En particular, nos preocupan los compañeros de primer año, la generación 2020, la cual sólo se ha conocido por cámara, no ha tenido la posibilidad de compartir momentos gratos en los distintos espacios de la universidad, tampoco han interactuado con otras generaciones de la carrera, lo cual es fundamental para la construcción de la identidad profesional docente, e incluso es de gran ayuda en momentos de incertidumbre o cuando cursamos ramos esenciales para nuestras disciplinas. Aunque existen las ayudantías, estas no son suficientes en este contexto de pandemia; sería de gran ayuda colaborarnos entre nosotros, enseñando a nuestros pares aquellas estrategias que nos han dado resultados positivos frente a las demandas de las aulas virtuales, o bien, generando espacios de interacción mediante WhatsApp, redes sociales y foros, para contenernos emocionalmente, resolver dudas, establecer discusiones y compartir material relevante.

Recordemos que el conocimiento adquirido ahora no necesita estar ceñido al contenido de una asignatura, sino que podemos aprovechar estas instancias para aprender a usar nuevas tecnologías que nos permitan orientar el aprendizaje no presencial, a autorregularnos y organizar de mejor manera nuestros tiempos. Además, es importante buscar actividades complementarias a lo que se aborda en las clases virtuales, que puedan realizarse con los recursos que tenemos en casa, de manera que no se centre el aprendizaje en lo que ocurre en el espacio de clase online.

Este es el tiempo de recuperar el sentido de la evaluación, es decir, necesitamos reflexionar sobre la posición que tenemos ante las evaluaciones. Como profesores en formación, sabemos que la evaluación debe tener un enfoque de retroalimentación continua de los aprendizajes, tanto para los alumnos, como para los mismos profesores, y no restringirla a la calificación. En este sentido, debemos aprovechar el período de pandemia para pensar en nuevas formas de evaluar, teniendo en cuenta las diferentes capacidades, habilidades y realidades contextuales de los estudiantes. Incluso, estamos ante una oportunidad única para desmarcar la evaluación de los contenidos, es decir, se abre la posibilidad de pensar en cómo evaluamos el bienestar emocional y social de las personas, dar cuenta del desarrollo de competencias para la vida; por ejemplo, el autocuidado y la responsabilidad consigo mismo, la sensibilidad empática, la construcción compartida del bien común, el fortalecimiento de las relaciones con la familia y los amigos.

Valentina Flores Medina

Marco Mendoza García

Nicolás Muñoz Morales

Valentina Riquelme Gallardo

María José Soto Moya.

Estudiantes de Pedagogía en Matemática y Computación, USACH.